Comenzar una nueva etapa en un nuevo hogar implica hacer una mudanza para trasladar los objetos y enseres personales e instalarlos en la nueva ubicación. Dependiendo del volumen de objetos a trasladar, de la distancia y de otros factores, como la facilidad para cargar y descargar enseres en los edificios, la mudanza será más o menos complicada.
Sin embargo, hay otros factores sobre los que sí se puede influir, por lo que existen una serie de frentes que hay que trabajar para hacer la mudanza y no morir en el intento, ahorrando dinero por todos los gastos asociados y evitando a la vez alguno de los riesgos típicos, como son los desperfectos y pérdidas de objetos personales y enseres. Consejos para hacer más fácil la mudanza a un nuevo hogar Cambiarse de vivienda es una tarea compleja, más bien, son varias tareas que requieren coordinación y buen hacer, para no incurrir en demasiados gastos y no alterar demasiado el ritmo de vida normal. Aquí os dejamos una serie de consejos para hacer más fácil una mudanza, los cuales se detallan a continuación:
Prepara un plan detallado: para hacer una mudanza se necesita un plan, el cual debe ser acordado con los proveedores que puedan intervenir (empresa de mudanzas, transportista, pintores, instaladores,…). Por desgracia, coordinar a todos los equipos que intervienen para poner en marcha una vivienda no es tarea fácil, al ser la mayoría independientes y trabajar con más clientes. Para ello, la anticipación es la mejor aliada, por lo que uno de los objetivos es comenzar cuanto antes cada tarea y así evitar cuellos de botella. Por ejemplo, si hay que pintar las paredes, conviene que todas las tareas que impliquen tirar cables o hacer agujeros en las paredes se hagan previamente.
Pide ayuda: las mudanzas no son fáciles de ejecutar, por lo que toda ayuda siempre es bienvenida. Bien sea a gente de nuestro entorno o a un proveedor que pueda hacer los trabajos de empaquetado, transporte, entrega y colocación en el nuevo domicilio, o bien alquilando una furgoneta o medios para la mudanza, conviene tener previsto el tema de los medios y personas de soporte para la mudanza y evitar prisas de última hora o quedarse corto, haciendo que sea un proceso “eterno” y provocando problemas como roturas de objetos o pérdidas por desorden.
Programa una sesión intensa de orden y limpieza: la primera tarea del plan de mudanza debería ser siempre una sesión intensiva de orden y limpieza, con el objetivo de hacer más eficiente todo el proceso de traslado y ocuparse sólo de aquellos enseres que tengan alguna utilidad en el nuevo hogar. Trasladar objetos que no tienen valor de una vivienda a otra, sólo añade coste, provoca que se tarde más y genera cansancio, así que hacer un esfuerzo previo para mover sólo lo justo es algo más que recomendable.
Los pagos a proveedores deben estar claros y sin medias tintas: la mudanza debe hacerse con seriedad y sin aceptar trabajos de empresas que no sean serias y propongan cosas como “no te cobro el IVA” o trabajar con personas que no están dadas de alta en la Seguridad Social. En caso de que surja algún problema, como un accidente laboral o un robo de algún objeto de valor, si se acepta trabajar con una empresa que no es seria, se puede generar una situación bastante complicada y desagradable. Exige al proveedor que gestione los permisos necesarios para carga y descarga, si es un requisito para las localidades de origen y destino.
Contrata un seguro: para cubrir posibles daños a las viviendas o desperfectos en los enseres y mobiliario.
Utiliza buenos materiales de protección para los enseres a trasladar: para trasladar los objetos que hay en una vivienda a otra, no basta con disponer de cajas y ya está. Hace falta material adaptado a cada tipo de objeto y herramientas adecuadas para mover cajas, paquetes y objetos cuya manipulación es compleja. Por ejemplo, un carrito para cargar cajas similar al que llevan los distribuidores de mercancía en los supermercados, ayudará a evitar desperfectos en los enseres.
Piensa en la logística inversa: no sólo hay que pensar en que los movimientos se realizan de una vivienda actual a una nueva, sino que hay otros que tocará gestionar, como son los viajes para depositar cajas en contenedores y centros de reciclaje o el traslado de enseres que ya no sirven a “puntos limpios” de recogida y tratamiento. Coge vacaciones o “días para mudanza”: las mudanzas es mejor hacerlas de manera intensiva que extenderlas a lo largo del tiempo. Para poder concentrar todo el trabajo en unos pocos días, no más allá de una semana, viene bien aprovechar algún festivo, fin de semana e incluso coger algún día de vacaciones o de los que algunos convenios disponen para estos casos. Si son días de convenio, significa que son adicionales a los días de mudanza, por lo que no computan como días de vacaciones.
Aprovecha para ahorrar partiendo de cero: si en la nueva vivienda hay alguna oportunidad de mejora para ahorrar como, por ejemplo, una iluminación con halógenos, no conviene perder tiempo para cambiarlos por led y empezar a ahorrar cuanto antes. No es mala idea incluir en el presupuesto de la mudanza una partida para este tipo de gastos, o mejor dicho, de inversiones en ahorro para el hogar.
A modo de conclusión y cierre, siempre hay una pregunta que debería hacerse en cada mudanza y es la siguiente: ¿Realmente necesito todos estos objetos, ropa, enseres y muebles? La respuesta puede ser bastante clara a veces, sobre todo si pensamos en esos casos de personas que llegan al extremo y dicen vivir con muy pocos objetos personales, con sólo lo justo para vivir. Sin llegar a ser radicales, seguro que hay alguna cosa de la que podemos desprendernos para vivir mejor, tener más sitio en el nuevo hogar y menos preocupaciones por mantener y buscarle sitio a objetos que no aportan valor a nuestras vidas.
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