Mudarse de casa puede ser una de las situaciones más estresantes que vivamos en nuestra vida, no solo por el agotamiento físico que supone sino también por el cúmulo de emociones que provoca cualquier cambio, especialmente en este contexto de incertidumbre que estamos viviendo.
Una mudanza mal gestionada o mal organizada puede reducir significativamente nuestro bienestar, nuestro confort e incluso nuestra felicidad durante más tiempo del que creemos (meses o incluso años), según la organizadora profesional Vanesa Travieso. Por eso la creadora de «Pon orden», formada en EEUU con la famosa gurú Marie Kondo, invitó a conocer durante el encuentro virtual organizado por ë-Jumpy de Citroën, todo aquello que marca la diferencia entre vivir «estresados o agobiados» por una mudanza o disfrutar del cambio y de una nueva etapa en otra vivienda.
La experta tiene más que comprobadas las implicaciones físicas y psicológicas que conlleva una mudanza. No en vano asegura que ha vivido personalmente esa experiencia hasta en 17 ocasiones. Sin embargo está convencida de que es posible disfrutar del proceso siguiendo unas pautas sencillas que podrían resumirse bajo estos cinco conceptos genéricos: planificación, antelación, desapego, organización y clasificación.
Planificación
No solo es importante saber a dónde vas (conocer el espacio y las medidas de cada estancia), sino que también debemos saber, tal como sugiere Travieso, dónde irán ubicadas cada una de las cosas que se tienen o si será necesario adquirir algún mueble algún accesorio para que todo tenga «su sitio».
Antelación
Una mudanza no se organiza unos días antes sino que, tal como aconseja la experta de «Pon orden», se empieza a preparar un mes antes. Lo primero de todo será conseguir unas cajas de mudanza adecuadas, de varios tamaños y formas (son especialmente útiles las «cajas perchero»).
Lo primero que comenzaremos a empaquetar serán las cosas que sabemos que no necesitaremos en ese mes de «preparación» previo al día de la mudanza como libros, sábanas y toallas, ropa de otra temporada, algunos utensilios de cocina, juguetes, etcétera.
Desapego
Una vez que tengamos las cajas comenzaremos a guardar poco a poco los enseres que no se vayan a utilizar en ese mes y dejaremos a mano lo que sí necesitaremos a diario.
Este es, según explica Travieso, uno de los momentos más importantes de la mudanza, pues supone la oportunidad perfecta de deshacerse de todo aquello que no queremos llevar la nuevo hogar. «La lista de cosas puede ser interminable y es el momento de hacer limpieza de todo lo que nos resulte prescindible, bien reciclando, bien regalando o bien tirándolo a su correspondiente contenedor. La lista puede ser interminable. Desde cremas o cosméticos caducados hasta neceseres viejos y rotos pasando por todo tipo de bolsas, tarros o botes», propone.
«Dejemos que fluya la energía en la nueva casa y deshazte de tod lo que estaba estancado y almacenado», aconseja.
A la hora de seleccionar aquello que realmente queramos que forme parte de nuestra nuevo hogar, la creadora de «Pon orden» propone que le demos la importancia que merece eligiendo un lugar que nos permita disfrutar de ello siempre que queramos en vez de almacenarlo y olvidarlo. «Hay que disfrutar de las cosas bonitas o especiales que tenemos en lugar de guardarlas esperando a que llegue una ocasión especial para hacerlo. ¿Por qué guardamos esa mantelería tan original o los mejores platos y vasos o la cubertería de mejor calidad? El equilibrio se alcanza disfrutando de lo bello, no guardándolo», sentencia.
Organización
A la hora de organizar en las cajas los objetos con los que finalmente nos quedaremos (ras haber hecho una selección lo más exhaustiva posible) y llevaremos al nuevo hogar iremos organizando los enseres en las cajas estancia por estancia. «Cuando comencemos a acumular cajas ya completas será útil buscar una de las zonas de la casa donde las podamos almacenar sin que interfiera en nuestro día a día. Podemos elegir una de las paredes de una habitación para colocarlas ordenadas y en vertical, haciendo una montaña de cajas», explica.
Para embalar necesitaremos, además de las cajas de todos los tamaños y que sean fáciles de transportar, un cúter, unas tijeras, varios rollos de cinta de embalaje, rollos grandes de papel film transparente y rollos grandes de papel burbuja.
Algunos consejos prácticos para asegurarnos de que el contenido de las cajas quede en perfectas condiciones son: sujetar con cinta aislante pegados al aparato electrónico sus respectivos cables y accesorios, envolver las cosas delicadas con sábanas y toallas, usar cajas pequeñas para los libros, colgar la ropa en las «cajas perchero» y ocuparnos personalmente (transportándolos nosotros mismos) los objetos de valor como los documentos, las joyas y el dinero.
Clasificación
Pero antes de comenzar a apilar las cajas en el lugar de la casa que hayamos elegido se deben clasificar y etiquetar, con la nomenclatura o el código que elijamos ò con pegatinas o colores que nos permitan identificar su contenido a simple vista, de modo que tengamos en todo momento clara la información sobre lo que contiene la caja y en qué habitación de la nueva vivienda lo ubicaremos. Para ello será útil, según apunta Travieso, imprimirse una hoja clasificatoria por cada estancia: salón, cocina, dormitorio principal, dormitorio infantil...etc, de modo que sepamos cuáles son las cajas que las personas que realicen la mudanza deberán colocar en cada estancia.
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